viernes, 18 de julio de 2014

Los retos de la Educación Médica Continua en México


La velocidad de generación de conocimientos del ser humano es vertiginosa y la Medicina es tal vez una de las disciplinas que más rápido genera y publica nuevos conocimientos. Esto si bien es muy afortunado, tal magnitud de información y tal velocidad de adquisición plantean algunos retos. Por un lado, cada vez es más difícil que en tan sólo 6 años de carrera de Medicina se puedan abarcar tan solo los temas más frecuentes e importantes a los que el médico general se enfrentará o de los cuales debe conocer el especialista de cualquier área. Por otro lado,  cuando uno termina de estudiar un tema determinado, ya hay muchos más conocimientos nuevos que se desarrollaron mientras uno está “ocupado estudiando”. Adicional a esta problemática, está la expectativa del paciente que espera que su médico conozca los más recientes avances en el diagnóstico, tratamiento y/o rehabilitación de su enfermedad.
¿Cómo intentamos día a día los médicos acortar la brecha entre lo que sabemos y lo que debemos saber? A través de las diversas formas de Educación Médica Continua que tenemos a nuestro alcance, la literatura médica, los congresos, los cursos, las sesiones académicas hospitalarias, el compartir casos y dudas con los colegas médicos y un largo etcétera que no es propósito de esta columna analizar.
En México tenemos a nuestro alcance las más modernas tecnologías, podemos organizar cursos virtuales en los que el profesional de la salud ingresa desde la comodidad de su casa, el consultorio o desde cualquier sitio con conexión a Internet; podemos ver e interactuar con un ponente a miles de kilómetros de distancia, podemos tener una plática que se desarrolla en un hospital en el D.F. y replicarla a varias sedes en el interior del País o en el extranjero.
Visto superficialmente parece que hay muchas formas de estar al día pues la oferta es muy grande, pero pasa como muchas otras cosas en nuestra vida diaria, esa oferta no está al alcance de todos en igual escala. No todos los médicos tienen la oportunidad de asistir a Congresos Médicos, no todos pueden recibir una revista médica o incluso entenderla en un idioma diferente al Español. Hay comunidades rurales sin acceso al Internet y todo lo que ello implica o incluso conexiones tan lentas que imposibilitan atender virtualmente una plática en video.

Además de los retos técnicos, hay otros que vencer como encontrar programas académicos neutrales, incluyentes y balanceados que sean desarrollados sin sesgos por Asociaciones Médicas o Académicas y  que de esta forma el médico tenga mayor confianza en los contenidos. No se trata de eliminar la divulgación altamente profesional y científica que las empresas hacen de sus productos, en ella participan los más prominentes médicos especialistas de cada ramo y la información que presentan es veraz y científicamente actualizada,  se trata de agregar más contenido neutral, de equilibrar la balanza manteniendo ambas opciones necesarias para nosotros los médicos y para el desarrollo de la Industria Farmacéutica.