¿Quién es responsable de la EMC?
En otro ensayo hablamos sobre la titánica tarea de saber
quién debe pagar por la Educación Médica Continua (EMC) concluyendo que son
varios los actores que intervienen en su financiamiento.
Hoy quiero reflexionar
sobre otro tema igual de complicado y es ¿Quién debe ofrecer la EMC? Aquí los actores son también variados,
cada uno de ellos con objetivos y visiones diferentes: las Universidades, Los hospitales, las Sociedades
y Colegios Médicos, la Industria Farmacéutica y las empresas e Institutos
dedicados a ofrecer estos cursos son sin duda los más importantes.
Sin duda cada uno de estos actores debe jugar un papel
relevante en el Desarrollo Profesional Continuo, cada uno tiene visiones
diferentes que enriquecen la oferta de conocimiento y ninguno de ellos tendría
por sí solo la capacidad para abastecer la demanda de EMC del país.
Vale la pena entender las grandes y pequeñas diferencias
entre los objetivos y la oferta de EMC de cada una de estas instituciones para
que llegado el momento elijamos la más conveniente. La Universidad busca el
conocimiento como un fin en sí mismo, mientras que las empresas buscan el
conocimiento aplicado y que resulte en un nuevo producto o servicio y éste
genere riqueza.
Los grupos de médicos tanto en los hospitales como en sus asociaciones
profesionales buscan principalmente aquel conocimiento que les es útil para su
práctica profesional diaria mientras que las empresas dedicadas es esta tarea
ofrecerán los cursos que tienen un mayor número de asistentes y por ello pueden
maximizar sus ganancias o al menos recuperar sus inversiones.
El gobierno tiene un papel muy importante, muchas
Universidades y Hospitales son de su propiedad. Por otro lado, como máxima
autoridad en materia de salud, a través del Consejo de Salubridad General, dicta
las políticas de salud y las prioridades. Quizá el objetivo último de los
gobernantes sea llevar a cabo todas las tareas que de manera directa o
indirecta ayudan a prevenir las enfermedades, recuperar la salud o rehabilitar
a los enfermos y para cada uno de estos objetivos hay a su vez objetivos
educativos. Es por ello que el gobierno juega, a través de sus múltiples
instituciones, reglamentaciones y políticas el papel más importante en la EMC.
Parece ocioso buscar UN solo responsable de brindar toda la
EMC que los profesionales de la salud necesitamos, sabemos de antemano que
ninguna institución puede abarcar todo el espectro existente, no tendría ni el
presupuesto ni los conocimientos necesarios para ello.
Casi es inevitable que
cada institución tenga sus propios sesgos al momento de realizar un programa
académico o de implementarlo, quizá por ello debemos enfocar nuestros esfuerzos
a conocer cuáles son esas instituciones
y posteriormente entender que oferta tienen, cuáles son sus objetivos, sus
ventajas y desventajas en relación a nuestros propios objetivos personales y
así poder filtrar la información que recibimos. Al final del día, cada uno de
nosotros somos los responsables últimos de nuestra preparación académica, no
importa quien la pague ni quien la imparta.
Autor: Dr. Gustavo Hernández Verde