lunes, 9 de noviembre de 2015


El papel de las Asociaciones y Colegios Médicos en la Educación Médica Continua


Si bien el ser humano es gregario por naturaleza, quizá los profesionistas somos gremiales por las mismas razones. Como especie evolucionamos exitosamente gracias al trabajo en equipo, a lograr objetivos inalcanzables para un individuo, a defendernos de las amenazas externas y un sinfín de ventajas de vivir en grupos y posteriormente incluso de especializarnos en trabajos específicos y dividir las tareas. Los profesionistas, y me refiero a los médicos en particular, nos reunimos en distintos gremios exactamente por las mismas razones, alcanzar mayores objetivos,  defendernos, y en general para el avance de la profesión y de los individuos que la ejercemos.

A pesar de lo anterior, es decir, de nuestro impulso natural por agremiarnos, la historia de las agrupaciones médicas es relativamente nueva, al menos lo es en relación a la práctica médica, mientras que la medicina es tan antigua como el hombre, al menos en el concepto que una persona se dedique  ya sea por su experiencia o entrenamiento a curar a los demás; los gremios médicos son más bien recientes. En México el primer antecedente es de 1836 con el Establecimiento de Ciencias Médicas, que dio paso en 1864 a  la Sección Médica de la Comisión Científica, Literaria y Artística de México y finalmente en diciembre de 1865 a lo que hoy conocemos como Academia Nacional de Medicina de México que este año festeja su 150 aniversario. A partir de ahí, se han formado un gran número de agrupaciones médicas, hoy seguramente suman varias decenas de ellas con diversos nombres como: Asociaciones, Colegios, Academias, Consejos, etc. Cada uno de ellos con objetivos y misiones diferentes, pero teniendo en común agrupar a los que se consideran pares para buscar el beneficio tanto individual como colectivo.


Uno de los muchos objetivos de las distintas agrupaciones médicas es la Educación Médica Continua. Entre esos objetivos está promoverla, fortalecerla, regularla, ofrecerla, certificarla, avalarla, supervisarla y quizá algunos más que serían tema de una revisión dedicada, no de este ensayo. Lo más importante es destacar que la EMC no sería la misma (si es que existiera) sin los diversos papeles que tienen en ella los distintos gremios médicos. Junto con el gobierno y las universidades, las asociaciones médicas son los pilares fundamentales de la EMC, cada uno desde su trinchera, a veces compartiendo y otras complementando los objetivos y las tareas, pero siempre en favor de la EMC. 

Los médicos apreciamos más y damos más credibilidad a aquellos eventos que son avalados por una agrupación médica, dicho de otra forma, el prestigio y credibilidad de una asociación médica se trasladan a un curso que tiene su aval, y a su vez, ese evento contribuye al prestigio de la asociación, es por ello que aquellas instituciones que ofrecen EMC deben seleccionar adecuadamente quienes avalan sus eventos y de la misma manera, los gremios deben cuidar a quien le otorgan su aval.