¿Has notado que últimamente estás más irritable? ¿Has tenido últimamente problemas gastrointestinales que antes no tenías? Todo esto y más, son manifestaciones de una misma causa: el estrés.
Hace miles de años, cuando éramos cazadores-recolectores, los peligros estaban bien definidos, o venía una animal peligroso, o las inclemencias de la naturaleza o una tribu rival, pero siempre era evidente. Ante un peligro evidente la selección natural de las especies nos dotó de una respuesta metabólica que nos prepara para huir o pelear. Se agudizan los sentidos, se incrementa el flujo sanguíneo a los músculos, se dilatan las pupilas, aumenta la glucosa en sangre para tener energía al instante que se necesite. Todo eso se necesita para huir o pelear.
Hoy ese gen que codifica nuestra respuesta al estrés sigue en todos nosotros, pero el peligro ha cambiado sustancialmente. Hoy los peligros son intangibles y prolongados. Comparemos, si veo una amenaza evidente, peleo o corro, pero en cualquier caso utilizo los instrumentos que la naturaleza me ha dado para ello. En el caso del estrés, que es mi respuesta a un peligro intangible, como la posibilidad de perder el trabajo, de no poder enfrentar las responsabilidades económicas, etc. , mis mecanismo de defensa se activan por igual, pero NO LOS USO, y se quedan activados por mucho tiempo.
No estamos "diseñados" para los peligros crónicos e intangibles, en la naturaleza eso no existe. Carl Sagan afirma que el deporte es una reminiscencia del mismo gen que nos ayudaba a reunirnos en grupo, crear una estrategia y enfrentar coordinadamente a un enemigo común, tal cual como salir en grupo a cazar un mamut. El hombre moderno encontró un "uso" para ese gen a través del deporte, que es hacer exactamente lo mismo, al menos en los deportes de grupo.
No hemos encontrado un "uso" para el gen del estrés, lo tenemos y nos es útil para la supervivencia diaria, pero la naturaleza "no previó" que los humanos nos enfrentaríamos a las crisis económicas ni al estrés crónico.
En fin, en estos tiempos debemos cuidar que nuestras crisis financieras no se vean agravadas por una crisis de salud, podemos todavía "engañar" a la naturaleza y pelear y correr ante el estrés. Hacer deporte ayuda a liberar esa tensión, es barato y nos aleja del doctor.
Saber que es necesario hacer deporte y hacerlo son dos cosas diferentes. Dicen los deportistas que se vuelve un vicio (yo diría que un hábito), así que empezar poco a poco puede hacer que un buen día hasta nos llegue a gustar y que tal vez ya no sea mi frase personal con la que cierro esta nota. "Cuando me dan ganas de hacer ejercicio, me acuesto hasta que se me pasan"