En esta epidemia los medios (bueno, sólo algunos) tuvieron que aprender lo más básico de la biología, como la diferencia entre un virus y una bacteria, algunos fueron más allá y aprendieron términos como Hemaglutinina y Neuraminidasa (los que dan nombre al famoso H1N1, del cual hay 16 variantes de H y 9 de N). En general también aprendimos a contar (sí, a contar), pues la danza de cifras nos obligó a recontar cada día los casos para saber que cada vez que aumentaba la cifra de muertos no eran en realidad nuevos muertos, sino la reclasificación de los ya reportados; lo mismo con las cifras de casos (creo que sería más correcto decir caos) que diario debíamos de entender si eran "sospechosos" o "confirmados".
Aprendimos que ante una verdadera emergencia hasta los más necios de los políticos pueden dejar un poco de lado sus rivalidades y asistir incluso a lugares antes prohibidos como la casa presidencial. Quienes igual que yo odiamos esas actitudes infantiles de "yo no me tomo ni la foto" nos agradó ver que puede más una crisis nacional que la cerrazón y la inquina. Aprendimos que pese a todos los pesares, filiaciones partidistas o ideologías, nuestros gobiernos (de todos colores) actuaron con madurez y responsabilidad. Yo al menos les externo mi agradecimiento, incluso a aquellos que tan mal me caen día a día.
Aprendimos que este mundo se encuentra TOTALMENTE CONECTADO, no sólo geográfica sino cultural, financieramente y sanitariamente hablando. Lo que pasaba en México afectó a todo el mundo, lo que pasó en el terreno de la salud tuvo implicaciones sociales (el aislamiento), económicas (no requiere ni ejemplo), políticas (ya hablé de nuestros amigos los gobernantes), de relaciones internacionales (Fuimos tratados de "leprosos" en Chile, aislados injustamente en China, cancelados nuestro vuelos de y hacia Argentina y Cuba por citar los más cercanos ejemplos de nuestros "hermanos latinoamericanos", nos regresaron un barco lleno de alimento de Haití, la nación más pobre y necesitada de América Latina, y otros más). En resumen la conexión entre la salud, lo social, lo económico, lo político y todas las que mi limitado entendimiento no alcanzan a ver, nos enseñaron lo frágil que es la sociedad.
Yo aprendí mucho, la sociedad aprendimos muchos, espero que nuestros políticos hayan aprendido también, que de sus decisiones en salud y en economía depende el ya de por sí frágil equilibrio social, que no podemos abusar de que somos un pueblo fuerte que "aguanta todo" pues incluso "todo" tiene un límite.
Saludos,
Gustavo Hernández Verde
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