¿A quién le beneficia la EMC?
A simple vista la respuesta parece muy obvia, a los médicos
¡Claro! Somos nosotros los directamente beneficiados de acortar la brecha entre
lo que sabemos y lo que debemos de saber, de minimizar la posibilidad de pasar
por alto un nuevo descubrimiento en cómo prevenir, diagnosticar, tratar o
rehabilitar a un enfermo. Pero en un sentido más amplio el beneficio es mucho
mayor pues los aproximadamente 200,000 médicos que ejercemos en el país
tratamos directamente o influimos en el sistema de salud que afecta a los más
de 100 millones de personas que vivimos en México.
El efecto multiplicador de la educación no es un secreto, en
cualquier disciplina de la humanidad la educación tiene el mismo efecto. Si
esto es así ¿Por qué no invertimos más en ello? Sin duda la respuesta no es
sencilla, quizá hay otras prioridades (no me imagino cuáles puedan ser), quizá
es cultural (espero que no), pero cualquiera que sea la sinrazón debemos
cambiarla.
La educación médica lejos de terminar en las etapas
puramente formativas, continúa toda la vida, en diferente magnitud y en
diferente forma, pero no termina. Intentar estar al día en el campo específico
en el que nos desenvolvemos es la meta a alcanzar. Lo hacemos en la práctica
diaria, en las sesiones institucionales, en las revistas médicas, los cursos
formales, tanto presenciales como virtuales y en muy variadas formas.
¿Por qué parece que
ya no invertimos en EMC? En unos casos porque es cierto y en otros porque
simplemente quienes solían invertir más en ello ahora lo hacen de una manera
diferente y se nota. Tradicionalmente la Industria Farmacéutica ha invertido
millones de dólares en patrocinar pláticas y cursos que los profesionales de la
salud apreciamos por su alto contenido científico. Lo hacía patrocinando
directamente a cada médico para asistir a determinado evento, pero esto ha
cambiado, la sociedad ha visto esto como una especie de corrupción o compra de
favores a cabio de esa EMC. Para evitar este juicio de la sociedad muchos
laboratorios buscan que un tercero sin conflicto de interés organice o
administre los recursos destinados a la EMC y éstos lleguen al médico libres de
sesgos.
En esta etapa de transición, mientras nos adaptamos a esta
nueva forma de convivencia será muy
importante que las instituciones dedicadas a la EMC entendamos las nuevas
regulaciones, los código de ética como el de CETIFARMA y IFPMA, la legislación
tanto local como de algunos países respecto a la transparencia y las medidas
anticorrupción, ofreciendo así tanto a los patrocinadores como a los
profesionales de la salud las mejores alternativas académicas en una forma
ética, científica y de utilidad; finalmente ¡es por el bien de todos!
Autor: Dr. Gustavo Hernández Verde.
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